Cuando evoco que me tocas...
tras hidratar mi alma con tu
aliento
con tan solo evocarte me
estremezco...
profanando nueva vez mi cuerpo…
que tras la entrega dejas árido y
sin aliento.
Dejando tras cabalgar mis deseos…
la necesidad de detener el tiempo…
para saciar palmo a palmo la
piel…
acallando de los sentidos
tras aturdir el alma….
Cuando me tocas no solo me
provocas
pues a puras pinceladas de
ternuras
emerge entre nebulosas de placer
el espacio donde sobran los
después…
donde solo existen nuestras almas
y piel…
Karmem Sosa/2012
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